Dando cumplimiento a lo establecido en el Plan de Desarrollo Universitario 2020-2030 y al Plan de Acción 2021, el Rector de la Universidad del Magdalena, Doctor Pablo Hernán Vera Salazar, luego de agradecer a todos los presentes, entregó a la comunidad académica siete Aulas abiertas sostenibles y amigable con el medio ambiente y la inclusión social.
“A nuestros estudiantes que son los que van a disfrutar de este espacio de aprendizaje, no solamente en el sentido académico, sino también en el sentido de lo que significa la sostenibilidad y el compromiso con la transición energética. Estas aulas abiertas sostenibles, aulas inteligentes, que hacen parte de una versión mejorada (…) con materiales sostenibles: las sillas, las mesas, son hechas con plástico reciclado que hacen parte de esa iniciativa de reducción del plástico. Con los puntos de hidratación que hemos instalado en el campus han dejado de usar cerca de 100 mil botellas de plástico, que son más o menos 6.5 toneladas CO2 que se ha dejado de emitir al medio ambiente” señaló.
Las aulas abiertas son unas infraestructuras compuestas por dos espacios de estudios compuestos por un mesón y bancas, divididos por un tablero o pizarra ubicadas en los distintos sectores al aire libre del campus universitario. Cada una de ellas tiene en promedio 28 metros cuadrados de construcción y en total las siete son unos espacios de 196 metros cuadrados.
Esta iniciativa que se enmarca en la prioridad estratégica ‘Ampliación y modernización de la infraestructura física, tecnológica y de servicios con criterios de sostenibilidad e inclusión’ del eje ‘Universidad comprometida con la sostenibilidad y la resiliencia organizacional’ del Plan de Desarrollo Universitario 2020-2030 UNIMAGDALENA Comprometida. Y de la iniciativa que se ejecutó a través del proyecto del Plan de Acción 2021 ‘Construcción y dotación de infraestructura tecnológica para un modelo académico híbrido’.
La construcción, remodelación y dotación de las siete Aulas abiertas sostenibles en el campus se hicieron para el disfrute de estudiantes y demás miembros de la comunidad universitaria. La distribución de las aulas se encuentra así: tres en la zona entre el Bloque VIII y el lago y, cuatro aulas en la zona entre la biblioteca y el lago. Cuentan con servicio de conectividad a internet, iluminación y conexiones eléctricas con energía renovable (energía solar fotovoltaica). Así mismo, le fueron implementadas nuevas tecnologías en materiales de construcción, amigables con el ambiente, lo cual reafirma el compromiso institucional por la sostenibilidad.
La implementación de los paneles solares y el sistema de utilización de aulas abiertas se diseñó de manera armónica con la arquitectura y el paisaje del campus. Por eso la estructuras que soportan los paneles solares se hicieron en forma de árboles y una especie de balsa ubicada en el lago. Para el Rector Pablo Vera esta es una metáfora muy bonita porque todo en la naturaleza empieza con la energía que viene del sol. Los árboles transforman esa energía a través de proceso de fotosíntesis y dan origen a la vida.
“En este caso estamos con un árbol artificial generando sombra, generando energía y dejando de emitir y de contaminar al planeta y el campus de la universidad tiene que ser ejemplo de eso (…) este campus es sostenible, multidiverso, que tiene un potencial enorme. Hoy estoy seguro, en Colombia no hay un sistema de aulas de esta naturaleza, que primero, sean amigables con el medio ambiente. Y segundo, son un aula taller, porque en cualquiera de estos espacios podemos traer a los niños o a ustedes mismos a decirles y enseñares como se calcula la energía solar para saber cuántos paneles necesito para ser autosuficientes en la generación de energía” indicó.
Otra de las características es que tienen puntos de conexión eléctrica para carga de computadores portátiles y/o celulares, autonomía de cuatro horas durante la noche con su capacidad de carga al máximo, tableros acrílicos y de tiza y, tres de ellas fueron construidas con la facilidad de permitir el acceso a población con movilidad reducida. Así mismo, todas incluyen un sistema de monitoreo de parámetros ambientales de la zona del lago de la Alma Mater que contemplan el análisis de temperatura, PH, conductividad, humedad, radiación solar, monóxido de carbono CO2, metano CH4.
La inversión de este proyecto fue de $ 403.804.091 y se hizo con recursos propios y de la cooperación internacional. El de esta Casa de Estudios Superiores provino del Plan de Acción, con una inversión de $ 331.296.913. Y el Centro Transnacional de Transiciones Justas, Energía, Clima y Sostenibilidad $ 72.507.178. Estos recursos se destinaron para el sistema de energía fotovoltaica de las cuatro aulas de la zona entre la biblioteca y el lago.
Finalizó el Doctor Vera Salazar el acto de entrega de las aulas señalando que este tipo de espacios se crean con la finalidad de recordar y entender lo frágil que es el planeta y el compromiso que tenemos con recuperar la naturaleza y trabajar de forma sostenible. Y que un paso para avanzar en ello es la generación de una energía que minimice nuestra huella ecológica en el mundo. Por eso, un plus que deben tener todos los estudiantes de esta Universidad es que tengan un factor distintivo, como por ejemplo, que saben utilizar la energía fotovoltaica.
“Si un estudiante nuestro llega a un rural, un médico, que diga no se preocupe que yo diseño el sistema de energía para este puesto de salud, para que por lo menos tengamos energía básica para operar. Y si un maestro llega a una zona rural, ese maestro, ese nuevo licenciado pueda decir: ‘no se preocupen que yo aprendí en mi universidad a diseñar un sistema de energía alternativa’. Es decir que nuestros estudiantes no necesiten ser ingeniero eléctrico o ingeniero energético para poder entender esa dinámica. Y que vayamos a las comunidades y ayudemos a las poblaciones a que tengan una transición energética justa”.
También te puede interesar: ‘Santa Marta en fotos’: Convocatoria de CámComercio para ilustrar libro de los 500 años de la ciudad