Con relación a las protestas y afectaciones a la movilidad que algunos miembros de las comunidades han realizado en las últimas semanas, y que amenazan con continuar realizando, con el interés de afectar la continuidad de la operación de Drummond Ltd., la empresa quiere expresar su rechazo absoluto a todas las vías de hecho y actos de violencia que vulneren el derecho al trabajo y ponga en riesgo la estabilidad de los trabajadores directos, contratistas y subcontratistas que trabajan en nuestra empresa y la región.
Varios de los participantes en dichas protestas, que han incluido personas encapuchadas y portando armas blancas, son personas que actúan aisladamente en búsqueda del beneficio particular, sin representatividad ni legitimidad de la comunidad. Esta forma de actuar no sólo tiene un impacto en las personas que trabajan en nuestros proyectos mineros, sino que genera un serio riesgo a la integridad física de las personas que habitan la zona. Más aún, no es constructivo bloquear ni obstruir las operaciones de Drummond, y no va a resultar en consideraciones especiales.
Reconocemos únicamente aquellos líderes legítimos de nuestra área de influencia que actúan a través del diálogo y relacionamiento constructivo, buscando promover para toda la comunidad las oportunidades de trabajo que se puedan estar generando, tanto en Drummond Ltd. como con nuestros contratistas, procurando de esta manera el bienestar de todos.
El compromiso de Drummond Ltd. es con todas las personas de su área de influencia, sin diferenciación ni discriminación, y esto sólo se logra si nuestras operaciones pueden continuar, si podemos seguir generando más de 10.000 puestos de trabajo directo, si podemos seguir generando recursos para el desarrollo sostenible de la región y el país, y si nuestros programas de responsabilidad social se pueden seguir implementando. Nuestro desempeño, aún a pesar de la pandemia, así lo ha demostrado.
No son admisibles las amenazas, la presión y las vías de hecho, las cuales conducen a cerrar las puertas a la vinculación, y de continuar, podrían incluso obligar a reconsiderar planes de inversión y crecimiento y, en consecuencia, poner en riesgo el futuro social y económico de quienes no participan de dichos actos violentos.
Es momento de continuar trabajando para apoyar conjuntamente iniciativas y propuestas viables originadas en los municipios, con las autoridades nacionales, departamentales y municipales y la inmensa mayoría pacífica que conforma las comunidades del corredor minero. Debemos trabajar para superar los momentos difíciles, y poder seguir trayendo el bienestar a la región.
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