El Bosque Seco Tropical que se encuentra al interior de la Universidad del Magdalena, es un referente de la sostenibilidad por la que trabaja día a día esta Alma Mater. En pro de su conservación, estudiantes, semilleristas, docentes y graduados del Programa de Biología, adscrito a la Facultad de Ciencias Básicas, adelantan una investigación para evaluar la diversidad y el estado de la fauna y flora que allí se conserva.
Con estos estudios se busca conocer si las especies registradas en el Bosque Seco han mantenido sus poblaciones durante el tiempo o si por el contrario han desaparecido; así como el descubrimiento de nuevas especies para la zona o para la ciencia. Los componentes estudiados en esta investigación son: vegetación, hongos, insectos, anfibios, reptiles, aves y mamíferos.
“El equipo de Bosque Seco ha venido desarrollando trabajos de campo en diferentes jornadas, aprovechando el horario que resulta mejor para cada componente y han tratado de desarrollar censos con diferentes técnicas de muestreo en fauna y en flora para actualizar todos estos listados que hemos ido nutriendo desde antes de la pandemia”, explicó el biólogo Wilson Tomás García Martínez, coordinador del bosque.
Para el trabajo de campo, los encargados del componente de anfibios, reptiles y mamíferos realizan censos nocturnos; para los censos de aves se desarrollan muestreos a tempranas horas de la mañana; mientras que, para el registro de vegetación, insectos y hongos, llevan a cabo sus actividades a lo largo del día.
Con esta investigación, UNIMAGDALENA da muestra de la importancia de conservar un área verde al interior del casco urbano. Además de los servicios ecosistémicos que este entorno brinda, permite dar a conocer las especies que se pueden proteger en un área reservada a través de las cifras de biodiversidad que arrojarán estos estudios.
Es importante destacar que el equipo encargado del Bosque Seco Tropical de la Universidad del Magdalena ha logrado muchos alcances positivos en estos últimos años, entre ellos, el fortalecimiento de un semillero conformado por estudiantes y graduados, la consolidación de una nueva línea de investigación, que es el equipo de hongos, pero también, se identifican algunas áreas más conservadas y la aparición de nuevas especies que no se habían contemplado en la historia de los registros que se tienen de este ecosistema.
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