En un esfuerzo por mejorar la calidad de vida urbana y fomentar la convivencia armónica en Santa Marta, el Departamento Administrativo Distrital de Sostenibilidad Ambiental (DADSA) y los Vigías del Espacio Público y Control Urbano (VEPCU) organizaron una jornada de concienciación dirigida a los almacenes ubicados en el sector de la Carrera 5. Este evento tuvo como objetivo principal sensibilizar a los comerciantes y a la comunidad sobre la importancia del uso responsable del espacio público y la necesidad de controlar los niveles de ruido en la ciudad.
Durante la jornada, los representantes del DADSA y VEPCU hicieron hincapié en la importancia de respetar el espacio público como un bien común que debe ser compartido y cuidado por todos los ciudadanos. Se abordaron temas relacionados con la ocupación indebida de las aceras y espacios comunes, destacando cómo estas prácticas pueden afectar la movilidad y la calidad de vida de los residentes y visitantes.
El espacio público no solo es un lugar de tránsito, sino también un escenario para la interacción social y el esparcimiento. Por ello, su uso adecuado es fundamental para garantizar un entorno seguro y agradable para todos.
Otro aspecto crucial abordado durante la socialización fue el control del ruido. Los comerciantes recibieron orientación sobre cómo sus actividades pueden contribuir a la contaminación acústica y se les instó a adoptar prácticas que reduzcan el impacto del ruido en la comunidad. Esto incluye la regulación del volumen de la música y anuncios, así como el mantenimiento de un ambiente de trabajo que minimice las molestias sonoras.
La jornada de socialización reflejó el compromiso del DADSA y VEPCU con la educación y la colaboración comunitaria. Estos organismos enfatizaron la necesidad de trabajar conjuntamente con los comerciantes y residentes para asegurar un entorno tranquilo. La educación se presenta como una herramienta clave para empoderar a la comunidad y fomentar prácticas sostenibles.
El evento concluyó con un llamado a la acción para que todos los actores involucrados se comprometan a implementar cambios positivos en sus rutinas diarias, asegurando así una convivencia armónica en la ciudad. La iniciativa demuestra que, mediante el diálogo y la cooperación, es posible construir un futuro más sostenible para Santa Marta.
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